Los bajos niveles de liquidación mediante el “Programa de Incremento Exportador” y la intervención en el mercado de dólar paralelo presionan el bajo nivel de reservas netas del Banco Central. La ampliación de la brecha entre el Dólar Agro y el CCL debilita el atractivo de participar en el programa, lo cual sumado a la reciente consumición de los escasos dólares que posee la institución en sus reservas – destinados a las compras de bonos en dólares con el objetivo de controlar el FX paralelo – inquieta al mercado e intensifica las dudas sobre el futuro de las arcas del BCRA.
El dato del déficit para marzo confirmó el incumplimiento de la meta fiscal del FMI correspondiente al primer trimestre. A pesar de una caída del 17,3% en el gasto primario medido en términos reales, el golpe en la recaudación como resultado de la sequía incrementó el déficit primario a $257.855 MM y alejó el acumulado para el primer trimestre del año de las metas planteadas por el FMI por casi $248.000 MM.
En la última licitación de abril el Tesoro logró un financiamiento neto positivo de $197.000 MM, además, consiguió postergar el 70% de lo colocado al 2024. Enfrentando vencimientos importantes, la entidad buscó financiamiento a través de siete instrumentos: Lecer Julio (X18L3), Lede Julio (S31L3), Lecer Septiembre (X18S3), Bono DL (T2V3D), Boncer (T2X3), Letra Dólar Linked (D3103) y un nuevo Bono Dual con vencimiento en abril del 2024.
Los bonos soberanos sufrieron los efectos de la corrida cambiaria. Tras las subas de los tipos de cambio organismos públicos buscaron controlar las cotizaciones mediante una intervención que satisfaga la demanda de bonos en pesos, la cual tuvo un efecto negativo en sus paridades. La situación de la deuda local contrasta con la deuda emergente, ya que el EMB atravesó una suba de 0,6% en la última semana.