Durante los últimos días se dio a conocer el índice de precios del PCE (Personal Consumption Expenditures). Su lectura interanual “core” fue de 4,2% completamente en línea con el consenso de expectativas, pero confirmó una ligera aceleración con respecto a la lectura previa de 4,1%, así como también un suave alejamiento de la proyección de la Reserva Federal para fin de año de 3,9%.
De todos los indicadores publicados del mercado laboral, se puede concluir que el mismo ha comenzado a normalizarse en forma gradual, lo cual es positivo para el mercado. No obstante, es negativo que se mantenga el fenómeno de “sticky” (pegajoso) en 4,3%/4,4% en el aumento anual del ingreso promedio recibido por hora de trabajo.
Continúan las visiones divididas entre los miembros del FOMC, en cuanto a que hacer con la tasa, pero el mercado descuenta con un 93% de probabilidad que no la aumentará en la reunión del 20 de septiembre. El tema a tener en cuenta es si modifica la proyección de tasas.
Mediante el seguimiento de los “bid to cover” de las últimas licitaciones, el mercado ha estado más demandante de deuda corta que larga. No obstante, también es interesante resaltar que el Tesoro ha tenido que convalidar tasas más altas con respecto a emisiones anteriores, para poder lograr esa demanda. Hacia adelante hay visiones muy opuestas sobre el futuro de las tasas largas. Teniendo en cuenta la historia desde los 80, no ha sido la regla que la tasa de 10 años quede mucho tiempo por debajo de la tasa de Fed Funds.
Como hemos comentado en el reporte anterior, nuestro escenario base de mediano plazo sigue siendo aquel en el cual el S&P500 recupera todo el terreno perdido durante 2022, con la forma de una “U”. Entre los fundamentos de dicho escenario figuran un potencial escenario de “soft landing” en lugar de recesión y el crecimiento potencial del 14,2% que surge del análisis realizado por FactSet. Más allá de esta lectura constructiva de mediano plazo, y que sigue vigente la señal de compra en el MACD, la historia estacional negativa de septiembre nos genera una cierta aprensión en el corto plazo, que nos lleva a sugerir cautela en el posicionamiento.