El presidente electo de Argentina, Javier Milei, se reunió el martes con el presidente saliente, Alberto Fernández, antes de que se abrieran los mercados para comenzar la transición política. En el encuentro en la residencia oficial del presidente en Olivos definieron reglas de convivencia y medidas económicas hasta la fecha de la toma de posesión el 10 de diciembre.
“Fue una conversación cordial y productiva. Resolvimos nuestras diferencias con educación”, afirmó Milei.
Inmediatamente después de la reunión protocolar, Matías Tombolini, secretario de Comercio, se reunió con representantes de los principales supermercados para extender el actual acuerdo de control de precios hasta el 10 de diciembre, autorizando aumentos, a partir de hoy, de entre 5% y 12% en dos etapas. La misma petición se hizo a los representantes de los fabricantes de alimentos y bebidas, ya que los supermercados han informado que los proveedores han aumentado los precios entre un 9% y un 50% y han detenido las entregas.
La escasez de dólares, los controles de precios, la deuda interna en pesos y otras distorsiones son algunas de las bombas de tiempo del legado maldito que podrían explotar bajo la administración de Milei. Uno son los bonos en pesos del Banco Central, que impiden el fin de los controles cambiarios. Son más de 24 mil millones de pesos en bonos con vencimiento cada 28 días –las LELIQS, o cartas de liquidez– y los llamados Países, que son operaciones financieras entre bancos.
«No hay manera de liberar el control cambiario si no se resuelve el problema de los títulos de deuda interna porque representan entre tres y cuatro veces el tamaño de la base monetaria«, dijo el analista Norberto Sosa, director del Grupo IEB.
Comparó la situación con “una olla a presión, en la que estos pasivos crecen catastróficamente, a una tasa de interés anual de más del 200%”.
Según Sosa, esterilizar los pesos mediante la emisión de estos bonos mantiene la inflación bajo control. Liberar los controles cambiarios de la noche a la mañana es casi imposible porque provocaría una explosión de los precios.
Ésta es la mayor preocupación del mercado: qué hacer con las LELIQS y otras deudas del Tesoro en pesos. Se teme un cambio obligatorio, como el Plan Bonex, que se puso en marcha antes de la decisión de vincular la moneda local al dólar estadounidense en los años 1990.
En su primera entrevista después de ser elegido, Milei descartó una repetición de Bonex, pero tampoco indicó cómo piensa resolver el problema. “Él está pensando en una operación que sea voluntaria, no forzada. Y ahí comienza la intriga de cómo serían estas operaciones”, dijo Sosa.
Emilio Ocampo, el futuro “último” presidente del Banco Central bajo el gobierno de Milei, mencionó que parte del plan de dolarización es crear un fondo fiduciario con diferentes activos del Banco Central, incluidos títulos globales y bonos en dólares.
“El problema es que algunos tienen valor de mercado, pero hay otros instrumentos, llamados letras intransferibles, que son bonos que el Tesoro coloca en algún momento en el Banco Central para retirar reservas, y no tienen valor”, dijo Señor Sosa.
Para el ex subsecretario de Hacienda Miguel Kiguel, director ejecutivo de EconViews, el actual gobierno dejará todo como está para que Milei pueda solucionar el problema. No cree que las LELIQS sean un problema ahora porque los bancos “van a seguir refinanciando estos bonos porque no tienen dónde poner los pesos, entonces volverán a las LELIQS, que es lo más seguro para ellos. «
En su primera operación de mercado desde la segunda vuelta electoral, el Ministerio de Economía recaudó 1.760 millones de pesos para cubrir los vencimientos de la próxima semana por 1.520 millones de pesos, a una tasa del 115%, informó el secretario de Hacienda, Eduardo Setti.
El otro bombazo, enumerado por Sosa y Kiguel, es la paralización de la economía por falta de dólares para las operaciones de comercio exterior, que están paralizadas. Para intentar aliviar la presión y atraer dólares a las reservas de divisas del Banco Central, el gobierno extendió el “dólar de exportación” con una tasa más atractiva hasta el 10 de diciembre.
Además, el próximo gobierno afrontará una pesada agenda de pago de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto equivale a alrededor de 1.700 millones de dólares para finales de año y 4.100 millones de dólares para mayo de 2024.