Tras varios meses de calma, despertó el dólar en todas sus variantes: tanto el CCL como el MEP acumularon subas en torno al 15% en la última semana, respondiendo a una amplia gama de factores. En esta ocasión analizamos las diferentes razones que explican la reactivación de la tensión cambiaria, e intentamos responder la pregunta: ¿reacomodamiento o disparada?
Entre los factores que explican los recientes movimientos de los dólares encontramos: las bajas de tasas, llevando al desarme de posiciones de carry trade, la percepción de un atraso tanto en el tipo de cambio oficial como en los financieros, y un lento ritmo de liquidación del agro.
De todas formas, consideramos que hay numerosas razones para esperar un freno a la suba generalizada de los dólares: el sostenimiento del superávit fiscal, el apretón monetario y la acumulación de reservas en el BCRA, la posibilidad de una reactivación de la liquidación, y una mayor necesidad de pesos hacia fin de mes.
Sin buenas noticias en el frente legislativo, esta semana la incertidumbre cambiaria se terminó imponiendo y golpeó las paridades de los bonos que retroceden 8,5%. La fuerte suba del CCL puso fin a la lateralización de la deuda de las últimas semanas y produjo una corrección que llevó las paridades de los AL30 y GD30 a USD 54 y USD 56, respectivamente. Esto se dio en medio de un clima bastante calmo para los bonos emergentes, por lo que la totalidad de la evolución de la deuda local se explica por factores idiosincráticos. El dato del superávit financiero de abril no alcanzó a compensar las inquietudes del mercado en relación a la robustez política del gobierno y la tensión sobre los FX financieros.
En relación con la deuda en pesos, las lecaps comprimeron rápidamente desde los niveles de la última licitación y vemos que difícilmente converjan a los niveles de tasas de un plazo fijo como se pensaba anteriormente, dado que estos activos están reemplazando a los pases del central convirtiéndose en la nueva tasa de referencia de la economía. Con una mirada de mediano plazo nos gustan los CER por sobre la tasa fija. Especialmente el tramo medio de la curva CER.
La temporada de balances para el equity argentino llega a su fin, el índice S&P Merval medido en USD se contrajo hasta los USD 1.203 y el desvío frente a los niveles de riesgo país retrocede hasta 65%.
La estrategia de preservar una cartera con una fuerte base de compañías del sector de Oil & Gas nos sigue pareciendo una buena idea. Dentro de este sector nos gustan Pampa Energía (PAMP), YPF (YPFD), Transportadora de Gas del Sur (TGSU2) y Vista Energy (VIST). En menor proporción mantenemos Central Puerto (CEPU) y Transportadora de Gas del Norte (TGNO4). En el sector bancario continuamos con nuestra elección por Banco Macro (BMA), Ternium Argentina (TXAR) y Loma Negra (LOMA) para el sector materiales, y finalmente ByMA (BYMA).