La publicación del IPC fue la noticia económica más importante de la semana pasada, la cual confirmó que sigue el proceso de desaceleración de la inflación “core”. Relacionado con la inflación, en EE.UU. así como también en muchos países, hay precios que tienen una especial significación. En ese sentido, de acuerdo al Farm Bureau, el precio de la “Thanksgiving Dinner” para 10 personas, este año se estima que se ha reducido 4,5% con respecto al año pasado, De acuerdo a dicha fuente, el mismo sería de USD 61,17, frente a los USD 64,05 del año pasado. No obstante, se encuentra 25% por encima del nivel de 2019.
En los últimos días también se publicaron indicadores de nivel de actividad (ventas minoristas y producción industrial) compatibles con un escenario de “soft landing”.
El dato de IPC tuvo impacto sobre las expectativas de tasas de interés. El mercado asigna 100% de probabilidad a que el FOMC deje sin cambios a su tasa de política monetaria, en la reunión del 13 de diciembre. Convendría esperar al 30 de noviembre, cuando se publique el índice de precios del PCE, para ser tan contundente.
La tasa de 10 años, perforó el nivel de 4,50% y tendría un nuevo desafío en 4,33%. El debilitamiento del dólar index, dada la sensación de fin de ciclo en el tightening de la política monetaria, lleva a pensar que la deuda emergente en moneda local, podría recuperar todo el terreno perdido a partir de julio.
El rally que el S&P500 inició a comienzos de noviembre, podría encontrar una resistencia en la zona próxima a 4.600. No obstante, de acuerdo a FactSet, aún se estima un “upside” potencial del 11,6%. Mientras que el S&P500 y el Dow Jones están próximos a recuperar los niveles de julio de este año, el Nasdaq-100 se encuentra en máximos del año. En una situación opuesta se encuentra el Russell 2000. Si bien el contexto ideal para este índice es el de recuperación económica, la situación relativa lo torna interesante.