El título de nuestro semanal se basa en un célebre cuento de Borges. El mismo Borges aclara que dicho cuento es una enorme adivinanza, cuyo tema central es el tiempo. Nunca mejor la metáfora; la Argentina (el jardín) a tres días de un balotaje (el tiempo) que representa, literalmente, dos senderos que se bifurcan y que de acuerdo a las encuestas tienen igual probabilidad de ocurrencia (la adivinanza).
Si bien la lectura del mercado -lo ocurrido esta semana con los futuros de dólar e instrumentos dólar linked- es que el ministro-candidato Massa ya ganó, las encuestas no predicen lo mismo. En estas últimas ruedas tal vez el mercado ha comenzado a factorizar lo reñida que se encuentra la elección: los dólares financieros luego de varias ruedas de calma han comenzado a calentarse y se puede observar una incipiente búsqueda de cobertura.
Nuestra cartera de acciones fue seleccionada en base a un criterio de cobertura: por ello funcionó muy bien tras las PASO y de cara a las Generales. El desarme de cobertura consecuencia de un reajuste de un mercado que pareciera ya dar por ganador a Massa ha redundado en un fuerte ajuste del equity argentino con especial énfasis en las empresas de materiales (TXAR, ALUA) y energéticas (VIST, YPFD, PAMP). A estas últimas también les jugó una mala pasada la caída en el precio internacional del crudo.
Hacia adelante y de corto plazo se abren dos escenarios: un escenario de Massa ganador haría pensar en una sobre ponderación del sector bancario -que se encuentra fuertemente rezagado con respecto a otros sectores del S&P Merval. Por otro lado un escenario en el cual Milei resulte vencedor una cartera de cobertura es la adecuada, con una limitada exposición al sector bancario.
Ya en el mediano plazo la dirección que tome el S&P Merval depende del giro que tome cada uno de los candidatos. Un Massa presidente con un giro a la ortodoxia sería beneficioso para el mercado de equity argentino. El mismo efecto tendría, en nuestra opinión, un Milei más moderado y generando consensos para gobernar y llevar adelante las reformas. Lo opuesto, es decir, un Massa en un plan “siga-siga” o un Milei “disruptivo” y con dificultad para gobernar se traduciría en un escenario complejo para las acciones argentinas.