La noticia económica más importante de la semana pasada fue la publicación del IPC. De un simple análisis de comparar los datos publicados versus los consensos, podemos concluir que la noticia fue mala para los mercados. No obstante, la variación interanual de la definición “core” continuó su tendencia bajista, lo cual es positivo. El dato preocupante es que parece haberse formado una nueva meseta del comportamiento mensual del IPC “core” en torno al 0,3%, el cual no es compatible con el objetivo a largo de inflación del 2% y vuelve a provocar el temor a la “sticky inflation”.
Con respecto al calendario económico de esta semana, sobresale la publicación de las ventas minoristas y la producción industrial de diciembre. También hay agendadas presentaciones de varios integrantes del FOMC y el Tesoro licitará un bono a 20 años.
En materia de expectativas de tasas de interés, el debate se centraliza en la cantidad de recortes que el FOMC hará este año en su tasa de política monetaria. Mientras que el FOMC proyecta 3, el mercado estima 6, comenzando en marzo.
Durante la semana pasada, el Tesoro realizó licitaciones a 3, 10, y 30 años. En el caso particular de la emisión a 10 años, el cupón se mantuvo en 4,5%, pero la “yield awarded” (tasa otorgada) fue de 4,024% coincidente con un rendimiento dentro de lo que consideramos puede ser el rango de lateralización para los primeros meses del 2024.
Al viernes 12 enero, 29 empresas de las 500 que constituyen el índice S&P 500 han informado ganancias para el cuarto trimestre de 2023. De las mismas, el 93,1% superó las expectativas, frente a un promedio histórico del 67%, Si bien es prematuro, el inicio de la temporada es auspicioso. El S&P500 está transitando una lateralización, la pregunta es la misma define un movimiento de acumulación o de distribución. Una buena temporada de resultados ayuda a sostener el mercado e incluso podría impulsarlo. Sin embargo, nuestro escenario base sigue siendo de cautela.